sábado, 23 de octubre de 2010

AIR en México


Se habló por bastante de esto, se habló (y molesté a muchos) por cerca de 90 días de la que fue la primer visita del dúo galo AIR.
Y por fin fue ayer. La belleza de encontrarse con quienes han provisto a mi existencia de muchas historias, de tantas experiencias, anécdotas, cosas igual hermosas como cosas tristes. Fue como encontrarse con un amigo después de años, un encuentro, una plática con viejos amigos, que para muchos de nosotros ya formaban parte de nuestras vidas (otros quizá no). Do The Joy abrió plaza e inicio ese diálogo entre ellos y nosotros. La media sonrisa de Jean-Benoît, que nos miraba con cuidado e interés mientras el entonaba las primeras notas de Love a la par de la sensualidad del bajo que lo acompaña, a cargo de Nicolas.
Sin embargo, cuando la emoción no pudo más, Nicolas tomo posesión del vocoder y empezó a cantar Remember, fue entonces que las lágrimas empezaron a salir, se agolpan los sentimientos contra el corazón, luchan por salir, y finalmente consiguen escapar en un grito fundido, el grito de quien lleva esperando tanto tiempo. Historias de romance con Venus, una de las sorpresas de la noche, dulce belleza, nostálgica, J’Ai Dormi Sous L’Eau que me sorprendió por esa manera de renovarse, de inventarse una sorpresa para meterle, otro gran punto de la noche es seguida por Missing The Light of The Day, la cual fue interpretada con gran maestría, una increíble muestra de lo que la imaginación de este par de galos tienen.
Tropical Disease merece un apartado solo, ahí fue cuando a pesar de tener cerca de 10 000 personas ahí, te sentías solo, podías sentir que esa progresiones, esas escalas todo te lo regalaban ahí. La media sonrisa de Jean-Benoit había cambiado, se le empezaba a notar la satisfacción en la mirada, a Nicolas también y eso apenas comenzaba. Ese que parecía un dialogo interminable continuo con la audiencia deletreando junto con ellos People In The City que continuo sacándonos una enorme sonrisa con Don’t Be Light, una de las más esperadas, la cual fue ejecutada como solo ellos saben hacerlo, recordando el eclecticismo de ese disco, tan poco comprendido, tan poco valorado a veces que culmino con Radian, esa canción con tantas interpretaciones que la hacen una pieza única. Un bello repaso al 10 000Hz Legend.
Nicolas nos comienza a hablar en español, se le nota contento. Presenta Cherry Blossom Girl, nos da las gracias, JB sonrié y empiezan a tocar, otro torrente de emociones se agolpa contra mis ojos, una dulzura insospechada se aparece y se adueña de todo el auditorio, para que solo después de eso, esas lágrimas se escaparan de mis ojos al piso con las primeras notas de High-School Lover, un historia, un recuerdo que lleva a tantos otros, esas notas que conozco tan bien.
La canción que levanto al auditorio a bailar llegó: Be a Bee, ligereza, flirteo, mucha elegancia, Alex Thomas en la batería entrega de una manera insospechada, dejando claro el por qué AIR lo escogió a el de baterista para el tour. Insospechadamente divertida y alegre.
Llego para mí una canción, de las que más esperaba. Talisman. Deseada, hermosa, tan anhelada, un sentimiento de esperar que se acaba, emoción desmedida, nostalgia alegre de otros días, de días con lluvia, de días sola, por fin, llegaba de manera sublime a mis oídos. Y por si fuera poco, rematan esa sublimación de sentimientos con How Does It Make You Feel?, todo lo hermoso que se puede ser, un concentrado de sentimientos que flotaban junto con la luz. Nicolas pronuncia unas cuantas palabras en francés, comienza a silbar, Alpha Beta Gaga, una de las mejores interpretaciones, ese silbido, esa guitarra, esos synths, esas tres personas que hicieron lo que quisieron del Auditorio Nacional.
Kelly y su juego de Atari. Los gritos que se escuchaban en los alrededores “¡gana Kelly!” una de las más entrañables, con ella, las estrellas y las voces que gritaban “the stars, the stars, the stars!” llego el encoré, ellos salieron del escenario para regresar con una lindísima versión de Heaven’s Light, la cual nos hizo cantar, soñar, una hermosa sorpresa.
Con esto llego Sexy Boy, clásico de clásicos, todos cantando, ellos sonreirán bastante, se les notaba contentos, felices, esa voz de Nicolas, palabras que todos conocemos, ese Sexy Boy que todos conocemos.
Al final llego la Dama de Plata, invitada estelar de la noche, como muchas otras, vieja conocida, querida amiga. La Femme D’Argent , una belleza sonora y visual, la mujer más hermosa del mundo, revestida de tesoros que datan de los 60s y 70s, adornada con un solo de bajo que no hace cosa otra sino aumentar su sensualidad, no sé decir otra cosa, maestría al interpretar, al interactuar, al saberse ciertos dueños de la mente de todos los asistentes, al final, ellos sonríen igual que tú. Igual que yo. Sonríen, se ven satisfechos, felices. Su audiencia les refleja y les responden con la misma sonrisa y la misma satisfacción. JB envía besos a su publico, muchos responden con un acalorado “¡Darkel! ¡Darkel!”. Alex Thomas toma una foto de la audiencia que se ve tan feliz y tan satisfecha que esos años de espera quedan en el olvido total. La noche es fría, todos salen felices, al menos desde donde yo estoy.

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